El Juglar de la Red
Por Rafael Cano Franco
En unas horas más, Andrés Manuel López Obrador tomará protesta como el nuevo Presidente de México, una investidura por la cual luchó durante 18 años, con ello estaremos dando un paso a lo que él llama “La Cuarta Transformación”, que no es otra cosa que un gobierno populista y con tintes del socialismo de los años 70´s.
A la fecha, lo que ha mostrado el gobierno que asume el poder este 1 de diciembre, ha sido lamentable porque han demostrado que lo dicho en campaña fue una forma de conquistar el voto pero no un deseo de cumplir las verdaderas expectativas del pueblo mexicano.
Las malas decisiones han sido la constante: cancelar la construcción del nuevo aeropuerto internacional de México; no quitar los impuestos que mantiene con un costo elevado la gasolina, no bajar la tasa impositiva del IVA y el Impuesto Sobre la Renta en la franja de la frontera norte, son algunas de las decisiones que van en contra de lo ofrecido.
En apenas cuatro meses del triunfo electoral de López Obrador y con un Congreso y un Senado totalmente suyo, que opera desde mediados de septiembre, lo que hemos visto es mucha simulación, poco conocimiento del rumbo y carencia de un auténtico consenso en las acciones; eso le ha costado a México una fuga de capitales cercana a los 100 mil millones de pesos, una devaluación del 20 por ciento en el valor del precio del peso frente al dólar y una enorme desconfianza de los mercados y los empresarios.
También se aprecia como ciertos personajes de pronto se “embriagaron” de poder y sienten que están por encima de los demás; sus expresiones y actuación los pinta como unos auténticos barbajanes que muy pronto estarán gobernando.
A la víspera de la Cuarta Transformación podemos decir que en lugar de avanzar, hemos retrocedido.
Las reformas estructurales, que tanto costaron y que tan alabadas fueron a nivel internacional de pronto ya no sirven y hay que desecharlas. Pero no se les bota a la basura por ineficientes, en realidad se les desprecia porque grupos minoritarios nunca estuvieron de acuerdo con ellas, el caso más ejemplificante es la Reforma Educativa la cual ha dejado una notoria mejoría pero no es aceptada por la CNTE y la maestra Elba Esther Gordillo y solamente por eso hay que echarla abajo.
No lo hacen por una mejor legislación, ni por una auténtica mejoría en el sistema educativo de México, se trata simplemente de satisfacer el capricho de grupúsculos que ahora festinan con expresiones tales como: “se las metimos doblada”.
Es cierto, Andrés Manuel López Obrador llega con toda la legitimidad que puede otorgar 30 millones de votos, pero eso no le da derecho a atentar contra las soberanías estatales, tan iguales de legítimas en su elección como lo fue la suya misma; tampoco es dable aceptar las amenazas de destituir a esos gobernantes estatales solamente porque defienden la soberanía de sus entidades.
A la Cuarta Transformación le hace falta más política y menos balandronada; le hace falta más conocimiento de la realidad nacional y menos imposición de ideas particulares; México reclama un gobierno auténticamente diferente y no que emule lo que otros ya hicieron y fallaron.
Todo lo anterior no se fundamenta en augurios a futuro, son realidades que ya se viven, son hechos consumados que ya inciden en los mexicanos y si esa será la tónica los próximos seis años entonces vamos a enfrentar serios problemas generados por un gobierno que se ofertó diferente pero que llega remasterizado de lo peor que hicieron los otros.
Este día es el último de un gobierno federal cuya característica fue la corrupción, de un grupo de burgueses desconocedores de las carencias del pueblo mexicano, de un Presidente de televisión; un gobierno alejado del pueblo y por tanto despreciado.
El sábado, López Obrador llegará con un enorme reto, pero también con un desgaste que ningún otro gobernante había presentado antes de asumir el poder; si asume su responsabilidad y toma decisiones sin necesidad de consultas amañadas; si pone freno a los radicales que lo acompañan y si realmente cumple con su triada de: no robar, no mentir y no traicionar al pueblo, será un gobernante querido.
A la fecha ha mentido y traicionado al pueblo, pero lo puede corregir ya en el gobierno; si lo hace nos va a ir muy bien, de lo contrario podemos ir encomendándonos al santo de nuestra mayor devoción.
En el año de la salud
El secretario de Salud en Sonora, Enrique Claussen Iberri compareció ayer ante el pleno del Congreso del Estado para exponer la situación que vive ese sector en la entidad y aunque hay a quienes se le erizan los pelos de la nuca cuando se toca al señor Claussen, la verdad es que su paso por esa dependencia no ha sido trascendente.
El ofrecimiento hecho, en el sentido de que la atención en los hospitales públicos sería muy similar a la que se otorga en las instituciones privadas dista mucho de ser una realidad; no solamente se trata de atender a un millón 200 mil sonorenses como dice que sucede –una cifra inflada porque no todos acuden a los servicios de salud pública, por inexistentes o por deficientes–, sino de hacerlo con calidez y con oportunidad.
El sector salud viene operando con una inercia positiva que dejó el ex Secretario Gilberto Ungson, pero no porque en los últimos once meses se hayan tomado decisiones de gran impacto.
Es cierto, se construye un gran hospital en Hermosillo y está otro listo en Magdalena, pero esos no son logros atribuibles al “doctor” Claussen Iberri, son méritos totales de la gobernadora Claudia Pavlovich,
La carencia de medicamentos y material de curación no existe en los hospitales públicos; la atención es lenta; los espacios son insuficientes, los servicios de salud se concentran en las grandes zonas urbanas, pero hay carencia y falta de atención en muchas regiones de Sonora porque “no se justifica la inversión para tan poca población”,
Es verdad, al sector salud le hace falta más recurso presupuestal; pero eso debe aplicarse en brindar una mejoría que el ciudadano sienta y no debe dilapidarse en eventos masivos con la burocracia de la Secretaría de Salud.
Nuestros deseos es que al sector Salud le vaya mejor y que al Secretario Claussen Iberri se le quite lo patán y lo “perdonavidas”.
Tips cortitos pa´no enfadar:
1.- De manera unánime los diputados decidieron otorgar la presidencia del Congreso del Estado a la legisladora María Magdalena Uribe Peña, del Partido del Trabajo; eso indica que ella será la responsable de la conducción legislativa en una etapa de gran responsabilidad porque se analiza el presupuesto del 2019.
2.- El Fiscal Especial para atender delitos Electorales, Pedro Pablo Chirinos compareció ante el Congreso del Estado y ahí entendió aquello de que “para que la cuña aprieta, ha de ser del mismo palo”, esto porque su principal crítico fue su ex aliado, el diputado Gildardo Real Ramírez.
Al interior del Congreso del Estado hay voces que piden una sacudida total en la Fiscalía General de Justicia y eso incluye remover a Pedro Pablo Chirinos, le cuestionan que en el pasado proceso electoral se dedicó a atender las demandas presentadas por el PRI y a ignorar las de los otros partidos políticos.
Eso sí, el Fiscal de Delitos Electorales no se sonrojó cuando dijo que los diez millones de pesos de presupuesto que le asignaron del 2018 fueron insuficientes y que requiere más para mejorar la procuración de justicia en materia de delitos electorales.
Otros Juglares:
–“Por ello estoy convencido de que si queremos lograr resultados distintos tenemos que implementar estrategias distintas, nuestro Sistema de Salud requiere de un giro de 180 grados, invirtiendo más la promoción y la educación de la salud, en la prevención y detección oportuna”.
Lo dijo el Secretario de Salud, Enrique Clausen Iberri al comparecer ante el Congreso del Estado como parte de la Glosa del III Informe de Gobierno de Claudia Pavlovich Arellano.
Gracias por su atención, hasta el lunes si Dios quiere. ¡¡Salud!!
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