29 de agosto 2017.-Sigue la polémica por la obra “Sincretismo”, luego de que el cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, defendió al autor de la escultura, Ismael Vargas, y señaló que los “católicos más sencillos” son los que se pudieron haber sentido aludidos por la obra.

Ante estas declaraciones, el grupo Pueblo Católico “sencillo” emitió una carta dirigida al prelado para que reconsidere su postura en relación a la escultura ubicada sobre Avenida Federalismo, a pocas cuadras del templo de El Refugio.

A continuación, la reproducción del texto:

“CARDENAL ROBLES ORTEGA ¿NUEVO SCHULEMBURG?”

“Las declaraciones del Cardenal Francisco Robles Ortega hechas después de la Misa dominical del pasado 27 de agosto de 2017, nos recuerdan la nefasta conducta del ex abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulemburg, quien, en 1996, negara la existencia de Juan Diego y por ende las apariciones guadalupanas.

En el caso de Robles Ortega, se espera de él que como líder católico, exprese una defensa de la fe que se supone profesa, en lugar de ello lo escuchamos defender a el autor de la polémica obra “Sincretismo”, además de pronunciar una patética defensa, no de la fe católica como tal, sino del derecho que los católicos sencillos tienen de expresar su sentir sobre el tema.

Siguiendo la línea de pensamiento del señor Cardenal debemos deducir que sólo un católico culto puede comprender “Sincretismo” sin sentir ofendida su fe, o su amor a la Santísima Virgen.

Sólo puedo suponer que la cultura artística de su Eminencia ha de ser amplia pues para él, la obra Sincretismo no es ofensiva.

No me toca juzgar la cultura artística del señor Cardenal, pero creo válido, dada su dignidad cardenalicia, cuestionar su cultura religiosa en al menos dos aspectos: La moral y la iconografía católicas.

Afirma Monseñor Robles que en el ánimo del autor de la escultura Sincretismo “Nunca hubo intención de ofender a la comunidad católica”. La intención en los actos humanos cambia la moralidad de los actos, de eso no hay duda, sin embargo, hay acciones intrínsecamente malas cuyo efecto moralmente malo no cambia, aunque el autor de dichos actos no haya tenido una mala intención, por ejemplo: Una persona conduciendo en estado de ebriedad atropella y mata a un peatón, en este como en muchos casos el efecto malo se produce y el conductor debe pagar las consecuencias de su mala acción, aunque no haya tenido intención de matar.

Si la obra Sincretismo ofende a otras personas, la buena intención del autor, no hace desaparecer la ofensa, ni la obligación de resarcir el daño moral que la obra produjo. Además, es una obra blasfema y, por lo tanto, intrínsecamente mala, porque degrada la dignidad de la Virgen María, como lo demostraré más adelante. Pero esto se puede entender, sólo cuando se tiene un poco de cultura moral cristiana.

Su Eminencia leyó una carta en la que el artista Ismael Vargas, autor de Sincretismo, afirma: “Es un relato claro y respetuoso del proceso histórico que permitió a la espiritualidad de las culturas amerindias embonar con la fe cristiana”

El concepto claridad en cualquier ámbito, implica esencialmente, que no es necesario explicar el significado de una obra. La supuesta claridad de la obra Sincretismo no arroja lo que el artista dice quería expresar, la claridad que en todo caso es patente a cualquiera que ve esta imagen, es la distorsión de la imagen guadalupana, al rodearla de calaveras y serpientes, si nos tienen que explicar que esto no es lo que cualquiera ve, entonces ¿Dónde está la claridad?

Aún más: ¿Cómo puede llamarse respetuosa una imagen que rebaja la dignidad sagrada que tiene la Virgen de Guadalupe, al igualarla con una diosa de atributos contrarios a los de María Santísima?, ¿En qué la rebaja?

Un poco de cultura en iconografía católica y guadalupana nos dará la respuesta:

En Iconografía católica, disciplina que enseña el significado de los símbolos, cualquiera sabe que la serpiente es una representación del demonio, incluso para las culturas antiguas la serpiente representaba diversos aspectos opuestos, de caos, de confrontación, de guerra, de dominio, de sabiduría de este mundo, etc. Todos estos conceptos se pueden atribuir al demonio. Por esta razón, en la iconografía católica la serpiente siempre es colocada a los pies de María, para representar gráficamente el triunfo de María Santísima sobre el demonio.

La obra Sincretismo en cambio coloca sobre la cabeza de la Virgen al menos dos serpientes, como en la iconografía azteca de Coatlicue, sin embargo, para cualquiera que tenga cultura católica, esto es una clara representación de que el demonio está por encima de la Virgen y por supuesto tal expresión es en conciencia, inaceptable para todo católico con buen juicio, buen juicio que sigo esperando ver en la cultura religiosa del Cardenal.

Además, hay otras 6 serpientes no bajo los pies de la virgen sino rodeando sus pies, esto en referencia a la diosa Coatlicue que es representada con una especie de falda formada por serpientes. Para la cultura católica esta parte de la imagen atenta igualmente contra el sentido sagrado de María Santísima como vencedora del demonio.

Y no sólo eso, sino que además todo aquel que conozca un poco sobre la Biblia, sabe que el número 6 está asociado a los enemigos de Dios, a lo imperfecto y por supuesto al Anticristo simbolizado numéricamente con el triple seis, así que por sencilla que sea mi fe, no creo que sea casualidad la presencia de seis serpientes en los pies de María y de seis calaveras rodeando su cintura.

En la iconografía guadalupana, totalmente conforme con la cosmovisión azteca, la virgen de Guadalupe tiene las manos juntas en actitud de oración y súplica, inclina ligeramente la cabeza, ante el sol, que para los aztecas es el dios principal, y esas manos juntas representan que María está orando por nosotros ante Dios, así lo entendieron los indígenas, que, aunque eran sencillos no eran tontos.

En la obra Sincretismo, la imagen de la Virgen está con las palmas de ambas manos extendidas, como mostrándolas a quienes están frente a ella. Esto no significa oración, ni súplica, antes bien, cualquier persona que tomara esta posición frente a nosotros nos estaría haciendo un gesto claro de rechazo, actitud totalmente ajena a la Virgen de Guadalupe, madre de todos los mexicanos.

Hay más elementos en la obra de Vargas, defendida por el Cardenal Robles, que ameritan más análisis, sin profundizar más por el momento, sólo quiero agregar que algunos símbolos en la obra Sincretismo, implican una negación de la virginidad de María y de su maternidad divina.

Eminentísimo Cardenal Robles: pregúntese ¿dónde está la flor de cuatro pétalos, llamada Nahui Ollin, esencial en la Virgen de Guadalupe? Y peor aún, pregúntese qué significa el símbolo que aparece en el lugar en que debería aparecer la flor en cuestión?, flor que para los aztecas representa al único Dios verdadero, del que ellos por entonces, sólo tenían una vaga noción.

¿Dónde está el listón negro que ciñe la cintura de la guadalupana?, Si recuerda el significado de dicho listón, podrá deducir la gravedad del mensaje que encierra esa omisión.

Parafraseando las declaraciones de su Eminencia Cardenal Robles: “Espero que estas reflexiones no perturben a los sencillos, a los que no tienen capacidad de trascender las obras del arte genuinamente cristiano y su verdadero significado”, reza el documento.

La Voz de Jalisco

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