El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insistió en que no se pronunció sobre las relaciones entre EU y México en un tuit de apoyo al presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la construcción de un muro fronterizo y que causó un gran roce diplomático con ese país.

 

«Aprovecharé esta oportunidad para explicar o aclarar lo que dije y no dije en mi tuit de la otra noche», expuso hoy el jefe de Gobierno durante la inauguración de la feria Cybertech, uno de los mayores eventos mundiales del sector.

 

Netanyahu aseguró que hablaba del «notable éxito de la valla de seguridad de Israel» sin comentar sobre las relaciones entre EEUU y México.

 

«Tuvimos y seguiremos teniendo buenas relaciones» con el país y su presidente, Enrique Peña Nieto, y opinó que los lazos que les unen «son mas fuertes que cualquier desencuentro pasajero o malentendido».

 

En el tuit de la discordia difundido el sábado, Netanyahu escribió: «El presidente Trump está en lo correcto. Yo construí un muro en la frontera sur de Israel. Paró toda la inmigración ilegal. Gran éxito. Gran idea».

 

Netanyahu descartó también anoche que se refiriera a México, donde la comunidad judía ha mostrado su malestar, y arremetió contra los medios por la controversia, acusándoles de fabricar «una avalancha de noticias falsas» y les tachó de «izquierdistas, movilizados por una caza bolchevique, lavadores de cerebros, y con un carácter difamatorio contra mí y mi familia «.

 

La maquinaria diplomática sigue trabajando para aliviar el encontronazo y el presidente israelí, Reuvén Rivlin, tiene previsto conversar hoy con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, después de que el canciller mexicano, Luis Videgaray, presentara una petición de disculpas y rectificación, y el embajador de Israel en el país Jonathan Peled, fuera convocado por la Cancillería.

 

«La crisis con México ha sido formulada, iniciada y creada por Benjamin Netanyahu, que es el responsable de sus propias palabras y tuits», escribía hoy el periodista Ben Caspit en el diario Maariv, sumándose a las múltiples críticas que ha provocado el gesto también reprobado por miembros del gabinete de Gobierno y la oposición.

 

«El primer ministro de Israel no tiene vergüenza. Ni vergüenza, ni una sola onza de integridad», censuró el diario Ynet, acusándole de primero negar que hubiera un problema y después achacárselo a los medios.

Fuente: EFE

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