Por: Redacción
El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, convirtió su mitin en Georgia en apoyo a los senadores republicanos en una advertencia ante miles de seguidores de que no va a abandonar el poder dentro de quince días.
“No, no voy a ceder; no se van a llevar la Casa Blanca”, proclamó la noche del lunes ante miles de enfervorecidos seguidores en Dalton, Georgia.
Aunque no anunció cómo piensa saltarse la ley y permanecer en el poder más allá del mediodía del 20 de noviembre, cuando haya jurado el cargo como presidente el demócrata Joe Biden, el mandatario republicano aseguró que “vamos a luchar hasta el final”.
La amenaza velada de Trump ocurre dos días después de que se filtrara a la prensa una alarmante llamada que mantuvo el sábado con el secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, al que presionó para que “buscara” los votos necesarios para que le declarase ganador.
Tras un día de silencio al respecto, Trump reaccionó con burla ante un escándalo tachado por algunos demócratas y analistas como intento de golpe. «A todo el mundo le encantó», a pesar de que ha puesto en una posición incómoda a prácticamente todos los miembros de su partido, empezando por los que hoy necesitan ganar en Georgia para que los republicanos sigan manteniendo el control de la Casa Blanca: David Perdue y Kelly Loeffler.
El discurso de Trump fue contradictorio, sin embargo, porque al tiempo que aseguraba que seguirá en el poder más allá del 20 de enero, también advertía a los republicanos de que las elecciones en Georgia, y la posibilidad de retener gracias a ellas el Senado, eran la «última línea de defensa» para el partido.
«Su voto mañana será la última oportunidad de salvar al Estados Unidos que amamos (…). Pero esto no significa que esté reconociendo la derrota», aseguró.
Con información de: Cronica