Por Redacción

Claudia Maldonado, coordinadora general de Medición de Pobreza y Evaluación Integral de la Política de Desarrollo Social del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indicó que si bien entre 2016 y 2024 en México el número de personas con pobreza extrema disminuyó de 8.7 millones a 7 millones, esta reducción no fue causada por los recursos distribuidos a través de programas sociales, sino por los ingresos propios.

En una reunión con la Comisión de Bienestar de la Cámara de Diputados, subrayó que «los programas sociales no están alcanzando a los individuos en condiciones de pobreza extrema», pues seis de cada diez personas en esa situación pertenecen a un hogar «donde no existe ningún programa social».

«Lo que ha sucedido con la reducción de pobreza extrema tiene mucho que ver con el ingreso de las personas y menos que ver con los programas sociales, a pesar de que hay una contribución indudable de los programas sociales», expresó.

La funcionaria del instituto informó que existe un grave problema por la carencia de seguridad social y por acceso a la salud; esta última se ha duplicado durante los ocho años anteriores.

«Los derechos más vulnerados en el país son la seguridad social y el acceso a servicios de salud. En salud, en particular, estamos peor que en 2016. En 2016, 15.6% de la población tenía carencia por acceso a los servicios de salud; en 2024, 34.2%, ya nos recuperamos de un pico histórico de 39.1% de la población con esta carencia, pero no hemos logrado recuperarnos del rezago, el retroceso desde 2016», subrayó.

Señaló que es crucial asegurar el acceso a los programas sociales para los ciudadanos en condiciones de pobreza extrema, sobre todo en los hogares con ingresos más bajos; también mejorar el ingreso por trabajo subordinado de quienes se encuentran en los deciles iniciales de ingreso.

Con información de: El Informador

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