Por Redacción

El Louvre volvió a abrirse este miércoles, tres días después de un asombroso robo en el que ocho joyas fueron sustraídas y cuyo valor se estima en más de 100 millones de dólares. Este acontecimiento ha reavivado la discusión sobre la seguridad en los museos franceses.

La policía continúa en la búsqueda de los cuatro criminales que asaltaron el museo Apolo, el más concurrido del mundo, el domingo pasado.

La operación, que solo tomó ocho minutos, vuelve a poner en la mesa el tema de las medidas de seguridad en esta pinacoteca, que el año anterior recibió a nueve millones de visitantes (el 80 % eran extranjeros).

El presidente francés, Emmanuel Macron, ordenó el miércoles «acelerar» el refuerzo de la seguridad.

Maud Bergeon, la portavoz del gobierno, dijo que Macron «mencionó que se estaban tomando medidas de seguridad en el Louvre» e instó a que estas se implementaran más rápido.

Nueve joyas fueron sustraídas por los ladrones, incluyendo una tiara de perlas perteneciente a la emperatriz Eugenia y un collar y pendientes de zafiros que eran de la reina María Amelia. Una de las piezas, una corona, fue dejada atrás durante su fuga.

Con información de: Excelsior

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