Por: AP

Amanda Seyfried nunca había recibido tantos elogios como por su actuación en «Mank», la película de David Fincher sobre el guionista de «Citizen Kane» Herman J. Mankiewicz que por primera vez la coloca entre las contendientes a los grandes premios. Su interpretación de Marion Davies ayudó a cambiar la percepción sobre esta estrella del cine mudo, y Seyfried incluso ha podido dejar de lado su naturaleza modesta y admitir que está orgullosa de su trabajo. Pero hay algo que lamenta: su padre no pudo llegar a visitarla.

Las películas clásicas lo son todo para Jack Seyfried. Cuando a Seyfried le dieron el papel, en parte estaba emocionada de compartir algo importante para él.

A lo largo de años, cuando tenía audiciones, trataba de llevarlo para ver escenografía. Él fue la primera persona a la que ella llamó cuando hizo prueba de vestuario y peinado y se sintió como Marion. El viaje a California para ver a su hija en acción estaba programado para febrero 2020, pero su padre enfermó y después rodaje de «Mank» terminó.

Seyfried se sumergió en el papel de Marion. Inicialmente tenía muy pocas preconcepciones de la mujer cuya historia había sido reducida a que era la amante del magnate editorial William Randolph Hearst. Y claro, la borracha y poco sofisticada Susan Alexander Kane, la supuesta versión de Marion en «Citizen Kane», tampoco ayudó a su reputación a pesar de que Orson Welles siempre insistió en que el personaje no estaba basado en ella.

El guion cuenta historia diferente. Aquí, Marion es mujer inteligente, y talentosa, que se mantiene de pie entre titanes de la industria y que fascina a Mank.

Los premios nunca fueron su meta principal, sino la longevidad. Pero en el mundo del espectáculo sabe que las nominaciones y premios pueden significar mejores oportunidades. Hace 10 años, dijo, le hubiera restado importancia a su primera nominación al Globo de Oro. Ahora no le da miedo admitir que está emocionada.

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