Por Eduardo Sánchez

Cuando Martín Ricardo Barrón Félix inició su aventura como meteorólogo en 1991, tal vez nunca imaginó que ese camino lo llevaría a conceder miles de entrevistas relacionadas con el clima, además de hacer un número casi similar de amigos.

Martín, dedicado en ese tiempo a la docencia en su natal Ciudad Obregón, no se imaginaba que después de acudir a una entrevista comenzaría una apasionante carrera de 25 años como el hombre del clima en Sonora.

Nacido el 11 de noviembre de 1964, Martín Ricardo decidió, mientras estudiaba la preparatoria, que estudiaría Física, inspirado por la forma tan amena de impartir la clase del maestro Francisco Chavira Soto.

La Universidad Autónoma de Nuevo León fue la institución elegida por Martín, quien junto con unos amigos se trasladó a la ciudad Monterrey para cursar la Licenciatura en Física en la misma casa de los Tigres. Estudiaría después un Diplomado en Meteorología en la UNAM.

Ya en casa, donde se dedicaba a dar clases a estudiantes de preparatoria y universidad, a finales de 1991, mientras hojeaba un diario local, encontró en la sección de clasificados un anuncio a un licenciado en Física.

Acudió al lugar para ver de qué se trataba, llegó a las oficinas de la Comisión Nacional del Agua, donde estaban buscando a alguien que se encargara del servicio meteorológico, rama muy relacionada con su carrera de Física.

Después de las entrevistas de rigor continuó con el proceso, y el 16 de enero de 1992 empezó un curso de un mes en la Ciudad de México, para regresar a Ciudad Obregón a ocuparse del Departamento de Meteorología hasta que un día le ofrecieron cambiarse a Hermosillo, oferta que aceptó.

Para Martín el cambio fue radical, pues de atender a menos de una decena de reporteros a la semana, en Hermosillo empezó a atender a decenas al día, que con el paso de los años se convertirían en cientos al año y en miles en los 18 años que estuvo como Jefe de Meteorología de Conagua (1997-2015). En total trabajó casi 25 años en esa dependencia.

En su cuenta de twitter señala que desde febrero de 2001 ofreció 35 mil 900 reportes del tiempo a medios de comunicación.

Se le extrañara al hombre de la eterna sonrisa, siempre dispuesto a atender a cualquiera que le preguntara sobre las condiciones del clima.

Lo extrañarán también todos sus amigos, en especial por aquellos con los que compartía su afición por las Águilas del América y por los Yaquis de Ciudad Obregón, que sacaban en ocasiones su vena de comentarista deportivo.

Le sobreviven su esposa Sandra, sus hijas Michel y Lizeth, y su mamá Leticia Félix.
Descanse en paz, el Señor del Clima.