Los Rayos y las Águilas tuvieron opciones para liquidar el cotejo a su favor, pero terminaron firmando un empate 1-1

El Necaxa-América resultó una explosión de emociones que pasó por todo: morbo por la salida de Ignacio Ambriz, llegadas en ambos arcos, especialmente en el que defendió Marcelo Barovero, y acabó como un nicho de polémica por cortesía del árbitro Miguel Ángel Chacón.

Fueron más las Águilas a lo largo del partido, mejoraron ya sin Ambriz, aunque acabaron por lamentar la falta de claridad frente al arco para dejar el juego 1-1. Cuando tuvieron para matar, los postes se lo impidieron.

En la primera mitad, durante media hora, las Águilas se olvidaron del mal funcionamiento de las recientes semanas y pudieron desplegar un futbol más acorde a su capacidad, con momentos lúcidos que las llevaron a tomar la ventaja.

Prueba de esa recomposición, fue el gol anotado por Paolo Goltz en el minuto 12, en una jugada sorpresiva en la que Osvaldo Martínez cruzó su cobro de tiro libre para que Pablo Aguilar asistiera al zaguero procedente del Lanús.

Además de enseñar ese trabajo  de laboratorio, el ave mostró el futbol de toques rápidos y una presión constante que lo hizo ganar partidos importantes en otras ocasiones, aunque no pudo sostener su buen rendimiento.

Necaxa, paciente y metódico, no requirió de mucho para regresar al equipo azulcrema a su peor versión. El chileno Edson Puch se generó un penal por un roce de Paul Aguilar, lo cobró para poner el 1-1 (minuto 38), y despertó así los mayores temores del visitante. Fue la primera decisión difícil que tomó Chacón, pero enseguida se resarció al no marcar un penal claro por una mano de Pablo Aguilar en una barrida.

En el vestidor, sumado al ingreso de William da Silva por Diego Pineda, el once azulcrema pudo retomar su juego, con dos únicos detalles: no encontró la ventaja que buscó tan constantemente en la complementaria y el árbitro Chacón no marcó un penal de Bruno Valdez sobre Rodrigo Prieto.

En dos ocasiones el América estuvo cerca de marcar, pero el balón se estrelló en el arco en ambas. Primero fue en una gran jugada de Michael Arroyo y después en una de Oribe Peralta. Las Águilas merecieron un poco más, por lo bien que se vieron.

Fuente: Excelsior

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