Michael  Fass­bender cedió ante su “instin­to” y la “intriga” por trabajar con el director sueco Tomas Alfredson para dar vida, en El muñeco de nieve (The Snowman), al lacónico de­tective Harry Hole, el “ina­daptado social” y anti-héroe creado por el escritor noruego Jo Nesbø.

“Siempre hay un elemen­to de intimidación cuando interpretas a personajes co­nocidos, como ya me pasó con Magneto (X-Men) o con Steve Jobs (el fallecido co­fundador de Apple)”, admite el actor en un encuentro con periodistas en Londres, du­rante la promoción del filme, que se estrena esta semana en Europa, la próxima en Esta­dos Unidos y en noviembre en Latinoamérica.

La versatilidad, presencia escénica y sensibilidad que imprime a cada personaje son cualidades que nunca pasan inadvertidas cuando se habla de Fassbender. Él asegura que “encara ese tipo de papeles desde el respeto saludable”, sin que ello le ponga cortapi­sas a su “libertad” creativa.

De Harry Hole, el complejo e inteligente detective al que martirizan demonios internos y que batalla con su afición al alcohol, le sedujo su persona­lidad, que le “enamoró” hasta que terminó por verle “como una persona real”.

“Es un tipo honesto, sabe perfectamente qué clase de hombre es y no es ningún cré­dulo; se hace querer y confía en su cerebro. No es un hé­roe de acción y, de alguna manera, es un inadaptado social”, dice del atormentado policía protagonista ya de 11 novelas.

También la posibilidad de trabajar por primera vez con el realizador sueco To­mas Alfredson (El espía que sabía demasiado) constituyó un magnético atractivo para aceptar el proyecto.

Fassbender (Shame o Macbeth) se rinde ante la “so­fisticación” con la que dirige y remarca “la manera en la que inspira a los actores hacia una cierta dirección”, así como su “precisión y visión”.

Y tenía claro que rodar con Alfredson le reportaría una experiencia de aprendiza­je. “Cuando me decanto por un papel, no necesariamente busco el personaje más inte­lectual; tan sólo me dejo llevar por el instinto al leer el guión, veo cómo reacciono ante el proyecto, quién es el director y si he hecho algo similar. Tra­to de aprender y me gusta que haya un elemento de riesgo”.

Rodada en apenas 12 se­manas, El muñeco de nieve narra la persecución de un sociópata, cuyos repugnan­tes homicidios parecen co­brar vida con cada nevada y cuenta como telón de fondo con gélidos e impresionantes escenarios naturales.

Como anécdota, Fassben­der recuerda que aprovechó algunos descansos en el ro­daje para aprender a esquiar, una “gran experiencia” para un amante del deporte, que se tomó un año “sabático” en 2017 para, entre otros pla­ceres, hacer surf en las pla­yas sudafricanas y del sur de Francia.

La cinta incluye, además, a actores secundarios de lujo, como Charlotte Gainsbourg, que interpreta a Rakel, la ex­pareja de Hole, con gran peso en la trama de este libro, que es la séptima entrega de la saga creada por Nesbø y que comenzó en 1997 con The Bat.

Además, actúan Chloë Sevigny, que da vida a las her­manas gemelas Sylvia y Ann Ottersen, y el veterano y ca­rismático Val Kilmer, como el detective Rafto, un pequeño pero importante papel.

Si Alfredson admite que escogió a Fassbender en el papel estelar atraído por su capacidad para “transmitir sensibilidad”, con Kilmer in­corporó a su historia a “un an­tiguo héroe” para él.

En la que es la primera adaptación al cine de una de las novelas de la saga de Harry Hole, el director quiso crear “algo diferente”, partiendo de la aceptación de que “hacer una película basada en un li­bro es un acto autónomo y se trata de trasladar la atmósfera del libro a tu propio lenguaje”.

“Si hago una película que es una basura, basada en un gran libro, no voy a cambiar el libro, que seguirá siendo ge­nial”, puntualizó.

Otro de los papeles rele­vantes fue asignado a la sueca Rebecca Ferguson como Ka­trine Bratt, una policía perse­guida por un pasado oscuro, cuya personalidad introverti­da comparte rasgos comunes con Hole.

A Ferguson le entusiasmó igualmente la idea de rodar con Alfredson, “un hombre con una mente brillante”, como la de compartir carte­lera con Fassbender, un actor del que se deshace en piropos.

“En cada película que he visto de Fassbender, me llama la atención su gran presencia en pantalla, es un actor bello, interesante y con carisma, con grandes ideas y muy diverti­do”, afirma.

Fuente: Excelsior

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