El Juglar de la Red

Por Rafael Cano Franco

En su campaña presidencial, Andrés Manuel López Obrador prometió enviar a los militares a sus cuarteles, retirarlos de las actividades de seguridad pública y dar un viraje a la estrategia federal para combatir el crimen organizado; la propuesta caló hondo y generó simpatías en los grupos de izquierda.

Es una verdad histórica que el principal enemigo de la izquierda en México fue el Ejército Mexicano; los soldados combatieron a los grupos radicales y revolucionarios, sea en su faceta de guerrilla rural o urbana; para la izquierda en México también son los responsables de la matanza del 68 y del “halconazo” en el Jueves de Corpus en 1971.

En términos ideológicos, es el Ejército la principal herramienta de represión con la cual cuenta el gobierno para acallar protestas, disolver manifestaciones e imponer la tranqulidad, de ahí que esa propuesta de candidato López Obrador fuera abrazada con especial aprecio por los grupos de izquierda.

Sin embargo la realidad los alcanzó muy pronto.

En la conformación de los mandos de la Guardia Nacional, mucho se cuestionó que no fuera dirigida por militares; al final son mandos militares los que la encabezan y en su composición hay muchos soldados que engrosan sus filas.

Por si eso no bastara, otro golpe demoledor fue el anuncio hecho por López Obrador de que el Ejército y la Marina volverían a patrullar calles para garantizar seguridad pública, esto contraviene totalmente la oferta de campaña de mantener a las fuerzas armadas en los cuarteles y los devuelve a las calles.

En varias ciudades del país, la solución a los problemas de seguridad pública urbanos es el nombrar militares en proceso de retiro o ya retirados, como directores de Seguridad Pública, una acción que ciertamente ha fallado y no ha contenido a los grupos criminales; es más en el caso de Sonora solamente quedan dos en ese cargo, de los cinco que se propusieron; pero además a uno nunca lo dejaron tomar posesión, en Navojoa y otro, en Cajeme, fue menospreciado por el Alcalde hasta que lo obligó a renunciar.

El paso más reciente de la fuerte presencia militar en la vida civil de México, en un país al que propusieron se iba a desmilitarizar, es entregarle al Ejército y la Marina el control de las aduanas y las terminales portuarias, sean aéreas o navales, a mandos militares.

Lo objetable de todo esto es que las fuerzas armadas, en cualquiera de sus modalidades: Guardia Nacional, Ejército Mexicano y Marina Armada de México, están desempeñando la labor para la cual se constituyeron.

La Guardia Nacional y sus militares están ocupados en contener las hordas migrantes de centroamericanos y dar así cumplimiento a la promesa hecha a Estados Unidos de no permitirles cruzar la frontera al país del norte. A la Guardia Nacional se le usa para dispersar campesinos que protestan por agua en Chihuahua, pero jamás para ir en contra de narcotraficantes o cárteles del Crimen organizado que hacen demostraciones de fuerza y ofrecen “limpiar” territorios completos en poder de grupos rivales.

El Ejército está ocupado en la construcción de un aeropuerto y una refinería, ahora también cuida los cruces fronterizos y las aduanas,  pero es totalmente inoperante para repeler agresiones directas, como sucedió en el famoso “culiacanazo”; los altos mandos de la Sedena están hinchándose los bolsillos con las obras de infraestructura en la que participan, pero dejaron olvidada a la tropa.

En estos días, cualquier grupo criminal tiene la capacidad para atentar contra mandos policiacos, filmar vídeos para exhibir su poder de fuego y capacidad organizativa; anuncian “limpias” en territorios de otros cárteles, retan al gobierno enfrentándose abiertamente y realizan matanzas a plena luz del día y con total impunidad.

Lo que no se ve es a esos militares enfrentándolos, dando la guerra y demostrando que en materia de poder de fuego, capacidad organizativa, logística e inteligencia están más preparados que cualquier cartel criminal; y no los vemos porque a pesar de que los militares están en todo, no están en lo suyo.

El otrora glorioso Ejército Mexicano hoy está coptado en sus mandos, ocupados en los negocios de construir y detener fayuca, mientras que la tropa está moralmente abatida porque la tienen atada por eso somos tan vulnerables.

Tips cortitos pa´no enfadar:

1.- La etnia Yaqui esperaba un pretexto mínimo para protestar y lo encontraron con el anuncio de la construcción del Acuaférico Tramo Oriente, aunque luego fueron escalando en su protesta hasta llegar a exigir a Telmex el retiro de cableado óptico que pasa por su territorio, todo eso dio por resultado el bloqueo carretero que ahora se presentó a la altura del Danzante Yaqui, unos kilómetros antes de llegar a la caseta de peaje de Esperanza, en Ciudad Obregón.

El cierre de la carretera empezó a las 10:00 de la mañana y se prolonga hasta las 7 de la tarde, con una afectación a miles de usuarios de la carretera de Cuatro Carriles y con un severo daño económico a trasportistas y exportadores que apenas están viendo la luz luego del impacto negativo que tuvo la pandemia en las actividades productivas.

Si bien la protesta es en territorio sonorense, la Cuatro Carriles es de incumbencia federal y deberían ser esas instancias las que atiendan el problema y den respuesta a las demandas de la etnia Yaqui, justas o no, sin embargo sería muy riesgoso esperarlos para las negociaciones, por ello deben ser operadores del Gobierno de Sonora los que de inmediato destraben el problema y permitan la fluidez del tránsito.

2.- Mientras que algunas entidades, como Querétaro, determinaron no hacer caso del semáforo Covid-19 y decidieron quedarse en Rojo antes que pasar al naranja; en Sonora hubo expresiones donde se dudaba estuviéramos en fase naranja –como las de la gobernadora Claudia Pavlovich y el propio Secretario de Salud, Enrique Clausen– sobre todo por el número de contagios y la cantidad de muertes diarias, pero a pesar de eso dimos ese riesgoso paso.

El color naranja implica abrir ciertas actividades no esenciales, como gimnasios, estéticas, centros comerciales, paseos y lugares; sin embargo dado el alto nivel de contagio y el poco caso que hacen los ciudadanos de las medidas sanitarias dictadas, lo que se prevé es un fuerte incremento en el número de contagios y por tanto más muertos.

No existe aún una explicación lógica que indique las razones para que Sonora pase de Rojo a Naranja, se desconocen los argumentos que nos lleven a esta situación; lo cierto es que el gobierno federal dio libertad a los gobiernos estatales para no acatar el cambio de color y a pesar de conocer nuestra realidad, en Sonora se siguió adelante.

Lo único que podemos expresar es: “Que Dios nos agarre confesados” en esto que es un “sálvese quien pueda”..

3.- Pues el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que Emilio Lozoya, ex director de Pemex, ya empezó a cantar y dio nombres de políticos que en su momento recibieron dinero para aprobar la reforma energética.

Una cosa es la corrupción en Pemex, que es innegable y seguramente dará mucha carnita en el futuro inmediato y otra muy distinta es probar que legisladores, de todos los partidos políticos, incluyendo Manuel Bartlett, fueron sobornados para emitir un voto aprobatorio en la reforma energética.

El Presidente sabe de esa diferencia, por eso lo importante es que el tema de la corrupción se mezcle con el de la legislación y así poder meter a todos en el costal de corruptos.

Es por demás evidente el uso político de la figura de Emilio Lozoya, resulta claro que al Presidente no le importa violar el debido proceso, al final lo que interesa es tirar lodo hacia quienes son sus opositores y así seguir alimentando el imaginario popular que la reforma enérgética –la única que no ha tocado el actual gobierno— fue una acción corrompida.

Otros Juglares:

–“Están contra los procesos democráticos que hemos realizado. Los voy a calificar: son golpistas, mentalmente son golpistas, porque no quieren la democracia. A mi amigo y compañero, Mario Delgado, que tenga mucho cuidado en su función, porque este tipo de corrientes antidemocráticas no prosperan”.

Lo dijo el diputado de Morena, Porfirio Muñoz Ledo al señalar que diputados de esa bancada son “golpistas” al querer descalificar  el proceso realizado por el Comité Técnico Evaluador  del INE y quienes pidieron  se devuelvan las quintetas de los cuatro nuevo consejeros del INE a la Cámara Baja, una acción incostitucional.

Gracias por su atención, hasta el miércoles si Dios quiere. ¡¡Salud!!

Nos puede seguir en Twitter en @CanoFrancoR y en Facebook en Rafael Cano Franco “El Juglar de la Red”

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