El Juglar de la Red
Por Rafael Cano Franco
A pesar de las pruebas en contra, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en su versión de que no militariza México, que el Ejército y la Marina están realizando una gran labor en las áreas que se les ha encomendado desde la Presidencia de la República.
Sin embargo los militares están en todas partes:
Construyen un tren, construyeron un aeropuerto, son los encargados de la vigilancia en las aduanas y están al frente de instalaciones aeroportuarias; son la única institución a la que no se le ha reducido el presupuesto ni se le quitaron sus fideicomisos, por el contrario, se les aumentó el dinero presupuestal.
Los militares son la otra fuerza política de México y eso los mantiene tranquilos y en calma.
No solamente se han adueñado de la seguridad pública al asumir el mando de la Guardia Nacional, las fuerzas armadas son también un auténtico poder tras el trono.
Desde la Secretaría de Marina ahora licitan carreteras e incluso son los celosos guardianes de las madrinas de los carnavales.
En casi todos los espacios del quehacer gubernamental existe la presencia de algún militar. Toda esa presencia no está exenta de críticas, muchas de ellas fundadas por la opacidad con la cual realizan el gasto presupuestal y porque, al final de cuentas, en una institución de personas, la corrupción está presente y la milicia no es la excepción.
Ahora, más allá de filias o fobias por la presencia militar en diversas tareas que en condiciones normales corresponden ser ejecutadas por civiles, los resultados deben ser el parámetro para dimensionar si su trabajo genera resultados positivos o si, por el contrario es negativo.
En el caso de las obras del presidente López Obrador, la presencia del Ejército no ha resultado garantía de nada. En el AIFA hay retrasos, se carece de trasporte para llegar a sus instalaciones; no tiene el tren interurbano que promocionaron y la obra es un auténtico elefante blanco.
En la construcción de “Dos Bocas” es evidente la inexperiencia en la construcción de esas obras y eso queda de manifiesto con el costo que ya duplica el presupuesto original, pero además sigue sin funcionar.
El Tren Maya es un desastre ecológico y los retrasos son evidentes; no hay planeación en sus vías –de pronto son tendidos terrestres y luego todo cambia a vías elevadas—no tienen proyectos de impacto ambiental.
Pero en todas esas obras, hay miles de millones de pesos que se aplican discrecionalmente, sin que el Ejército rinda cuentas y con evidentes muestras de actos de corrupción.
La seguridad pública, una de las funciones en las que el Ejército participó en el pasado y que tanto criticó Morena, los resultados también son muy magros. El trasiego de fentanilo a Estados Unidos sigue siendo un problema de extrema gravedad para el vecino país y creció en los años recientes.
Los asesinatos dolosos, a pesar del amontonamiento de militares en distintas regiones de México, son una asignatura pendiente y la inseguridad pública tiene eventos explosivos justo cuando presumen reducción. De pronto es Zacatecas, Sonora, Jalisco, Guerrero o Michoacán, donde las bandas criminales dan muestra de su poderío y de la impunidad con que actúan.
Queda claro que la militarización sí es una realidad, queda claro también que la honorabilidad de las Fuerzas Armadas queda en entredicho por la opacidad con la cual se conducen y porque la corrupción los acompaña.
La fuerza de los militares es evidente, pero el impacto que tienen en la construcción de un estado de bienestar todavía no se percibe. Lo que sí se deja sentir es que son un poder fáctico que resucitaron, lo único que falta es que los pongan a organizar elecciones.
Si como dice la sentencia bíblica: “por sus frutos los conoceréis”, los frutos son malos.
Choca jerarquía Católica con AMLO
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), emitió un posicionamiento en contra del Plan B electoral que promueve el presidente de la República; advierten que de aprobarse esa reforma se pueden cometer violaciones a los principios de certeza, legalidad, independencia, objetividad e imparcialidad del sistema electoral.
No es la primera vez que la alta jerarquía de la Iglesia Católica se pronuncia en contra de alguna propuesta emanada desde la presidencia de la República.
Como es costumbre, el presidente López Obrador no se guardó una respuesta y de entrada descalificó la postura de la jerarquía Católica al señalar que “están apoyando al bloque conservador de México” y que en todo caso no le preocupa la postura porque no es compartida por el Papa Francisco.
Cierto es que la Iglesia Católica no vive su mejor momento de credibilidad y comparada con la popularidad del presidente López Obrador está muy lejos de ser una institución a la que la Grey católica sigue con los ojos cerrados.
Pero es evidente que, más allá de los adjetivos calificativos que le endilga el Presidente, la Iglesia es un poder fáctico que sí tiene influencia en una buena parte de su feligresía, particularmente en las clases medias, las más abandonadas por el gobierno de la 4T.
No debe dejarse de lado que la Iglesia Católica está agraviada. La inactividad gubernamental para detener a los autores materiales de los asesinatos de sacerdotes Jesuitas en Chihuahua, sigue siendo un oprobio que reclaman al gobierno federal.
Pero más allá de esa situación, se trata de una institución más que se suma al llamado para defender al INE y puede ser el empujón que esperaba un sector del catolicismo para sumarse a la marcha que se está organizando para el próximo fin de semana.
Tips cortitos pa´no enfadar:
1.- El gobernador Alfonso Durazo le dio en la “pata de palo” al presidente López Obrador cuando le propuso el proyecto de rehabilitación del estadio de beisbol de Guaymas y junto con eso le propuso también la remodelación de la calle Serdán y esto lo incluyó en los proyectos integrales para detonar ese puerto.
López Obrador no oculta la pasión que tiene por el beisbol y eso se traduce en los 1335 millones pesos que le destina a la promoción de ese deporte a través de ProBies con 894 millones de pesos en sus primeros tres años de gobierno y los 441 millones de pesos destinados a través del Bachillerato Técnico en Educación Deportiva (BTED) que convirtió al Estadio “Héctor Espino” en una escuela para preparar académicamente a los beisbolistas y otros atletas.
Esas inversiones aumentan con la compra de estadios: el “Hector Espino” en Hermosillo le costó 511.6 millones de pesos; y el “Tomás Oroz Gaytán”, en Cajeme, lo adquirió por 546. 6 millones de pesos.
Alfonso Durazo dijo que al estadio de Guaymas se le van a invertir 80 millones de pesos, producto de ahorros que se han generado de la construcción de la carretera y tiene otro poco de dinero para utilizar en construir un bulevar que una la calle Serdán con el aeropuerto de Guaymas.
2.- Dos encuestas ubican a Toño Astiazarán como el mejor alcalde de Sonora y le dan lugares de privilegio a nivel nacional, en una lo posicionan entre los diez mejores y otra lo ubica en el lugar undécimo.
Ningún otro presidente municipal de Sonora aparece en el top 20 y eso indica que el trabajo realizado en Hermosillo permea a los ciudadanos quienes evalúan bien a Toño Astiazarán, quien no deja de ser proactivo en sus planes de trabajo y diariamente está innovando y generando acciones diferentes para sacar adelante a Hermosillo.
No es que Toño Astiazarán haya resuelto todos los problemas de la Capital de Sonora, tampoco significa que los ciudadanos están conformes, pero lo que sí deja en claro esa encuesta es que lo realizado no pasa desapercibido y se tiene una buena calificación para el Presidente Municipal.
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Otros Juglares:
–“Me preocuparía muchísimo si el Papa Francisco se pronunciara sobre este tema. Pero si es aquí, hay que entender cómo las élites de todas las corporaciones siempre se unen, se alimentan, se nutren mutuamente. Las élites, no el pueblo, no el pueblo católico, no el pueblo evangélico, no el pueblo laico, hay que diferenciar”.
Lo dijo el presidente Andrés ;Manuel López Obrador al acusar a la Iglesia Católica de apoyar al “bloque conservador” de México que está en una abierta campaña en contra de la reforma electoral que propuso el Presidente y al que comúnmente se le conoce como “Plan B”.
Gracias por su atención, hasta el miércoles si Dios quiere. ¡¡Salud!!
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