El Juglar de la Red
Por Rafael Cano Franco
La inseguridad pública que hemos vivido en Sonora generó en los partidos políticos la sensación de que ellos pueden sacar raja a su favor de la situación, por eso es que de inmediato se plantaron a ofrecer soluciones muy apegados a sus conveniencias, pero alejados del sentir de los ciudadanos.
Sin embargo, en los últimos días parece que se han encontrado puntos de coincidencias de las diferentes posturas.
De entrada hay que decir que la representación legislativa de Morena en el Congreso de Sonora, solicitó que se aplique la Ley de Seguridad Interior –la misma a la que tanto se opusieron y a la que ahora recurren—para que el Ejército asuma las labores de vigilancia y garantice la seguridad pública.
La gobernadora Claudia Pavlovich, por su parte, envió un carta al presidente Peña Nieto donde le expone que a pesar de los esfuerzos que hace el gobierno estatal, estos son insuficientes para garantizar la paz pública en toda la geografía sonorense y expone que requiere mayores apoyos materiales, de personal y presupuestales para dar garantías de seguridad a los sonorenses.
En su carta, la Gobernadora pide se incremente el número de policías federales en Sonora, pues los 80 que están comisionados actualmente son insuficientes.
Ayer, en el Congreso del Estado se aprobó enviar un exhorto al presidente de la República para que de acuerdo a sus facultades tome las medidas pertinentes para que en Sonora se retome la tranquilidad en sus ciudades.
Las tres acciones dan cuenta de una coincidencia: con los recursos propios el Gobierno de Sonora no tiene forma de garantizar acciones de impacto en materia de seguridad pública y por ello es que se acude a la instancia de gobierno superior, en este caso el ámbito federal.
El problema grave es que más allá de la existencia de una coincidencia en pedir una participación más decidida por parte del Gobierno Federal, se aprecia una desconexión en las tres posturas.
Los diputados de Morena, la gobernadora Claudia Pavlovich o sus operadores políticos y el resto de los legisladores del Congreso, bien pudieron sentarse a platicar y ejecutar una acción concertada entre Legislativo y Ejecutivo.
No está mal lo que hicieron, pero sería más efectivo y dejaría un mensaje de trabajo unido para con los sonorenses, si en lugar de ir cada uno por su lado; buscan la coincidencia y con ella trabajan.
El problema de inseguridad pública ni puede ser atendido de manera aislada por un grupo de poder local, ni puede ser considerado como un botín político para los partidos o el gobierno; es un tema que reclama acciones concertadas, con respaldo político efectivo para que tengan impacto social de inmediato.
Perder la seguridad pública es algo que se puede presentar muy fácilmente y para recuperarla el camino se vuelve muy complicado, por eso es importante que todos los actores involucrados “jalen la carreta pa´l mismo lado”, de lo contrario se van a andar “pisando la cola” y sus acciones inconexas solamente ayudarán a agravar la situación.
Ya se vio que pueden generar coincidencias, lo que falta es que más allá de los enconos, las rencillas y los revanchismos, se pongan de acuerdo para trabajar juntos el problema y encontrar soluciones que a ellos les parezcan y que den resultados positivos para los ciudadanos.
La sucesión en el PAN
Jesús Ramón Díaz Beltrán fue el primero en registrarse como aspirante a la dirigencia estatal del PAN y ayer llegó Ernesto Munró Palacios y su compañera de fórmula Lissette López Godínez como la otra fórmula que aspira a manejar los destinos del panismo sonorense.
Como suele suceder en este tipo de procesos, los aspirantes son la punta del iceberg de los grupos que al interior del PAN pelean por el control del partido: detrás de Díaz Beltrán se aprecia la figura de Javier Gándara, con quien el joven Jesús Ramón trabajó como Secretario Particular cuando el empresario fue alcalde de Hermosillo; pero también se deja entrever, medio borrosa pero bien perfilada la figura de Célida Teresa López Cárdenas, la alcaldesa de Hermosillo que milita en Morena pero cuyo corazón, mente y cuerpo son azules.
El vínculo entre Célida López y Jesús Ramón Díaz es Francisco Bueno Ayup, quien tiene buena relación con la alcaldesa y comunicación constante gracias a que el Secretario particular de López Cárdenas es José Eduardo Vázquez Bueno, familiar directo de Bueno Ayup.
Del otro lado va Ernesto Munro, ex secretario de Seguridad Pública y él lleva sobre sus espaldas la representación del grupo del ex gobernador Guillermo Padrés Elías; de hecho, era tan descarada la presencia de Padrés, que hasta había metido como segundo de a bordo a su alfil, Agustín Rodríguez.
Al final y para “suavizar” la presencia “padrecista”, Ernesto Munro optó por llevar como compañera de fórmula a la ex diputada –una de las “Cuatro llantas ponchadas”, como calificó el diputado Javier Dagnino a quienes votaron a favor del presupuesto 2016 del Gobierno del Estado y para que se contratara un crédito a pesar de que el PAN ordenó votar en contra—Lizette López Godínez, a quien se le ubica en el equipo del ex secretario de gobierno, Roberto Romero López.
Es más, en el caso de Lizette López hay una versión muy extendida sobre su íntima relación con Roberto Romero López, ella seguramente lo va a negar, pero igual yo lo voy a sostener.
Cuando estaba la polémica de la votación legislativa para el presupuesto del 2016, en diciembre del 2015, hasta la casa de la entonces diputada López Godínez llegó su compadre Roberto Romero, en ese momento señalado y acosado por las investigaciones derivadas de corrupción, y con llanto de por medio le pidió votara a favor de la propuesta de la Gobernadora, le expuso que era un acuerdo con funcionarios estatales para evitar la cárcel y le pidió en nombre de su amistad y del compadrazgo de ambos, diera su voto a favor, todo indica que ella le cumplió.
Retomando el tema principal, ambos candidatos traen tras de sí la fuerza de dos grupos, pero en este caso particular creo que Díaz Beltrán tiene más probabilidades de salir triunfante.
Vamos juntos pero no revueltos
Es por demás evidente que en el Congreso del Estado la única operación aritmética que conocen los diputados es la resta. Ni siquiera PT y PES, otrora de Morena y que ahora un día repiten que van aliados, pero luego evidencian lo contrario, son dignos de la confianza del grupo parlamentario mayoritario.
La diputada presidente, Rosa María Mancha Ornelas no solamente viene dando muestra de ser muy testaruda y rudimentaria en sus artes políticas, también es obediente en grado ignominioso a los dictados de su coordinadora de bancada, Ernestina Cruz.
Entre ambas, se han empecinado en no ceder un ápice en sus posturas y una de ellas implicó firmar acuerdos en la Comisión de Régimen Interno y Concertación Politica (CRICP), para luego no cumplirlo.
Eso obligó al diputado del PT, Rodolfo Lizárraga a enviar una carta muy corta pero muy explícita y tajante a la diputada Presidente del Congreso, donde con letras mayúsculas le pide que “acate y respete” los acuerdos que firmó en la CRICP.
Lo anterior solamente evidencia las fracturas existentes en la alianza “Juntos Haremos Historia” y deja muy claro que de seguir por ese camino la fuerza legislativa que tienen actualmente les durará muy poco.
Otros Juglares:
— “No sólo cumplió que nunca más un niño tome clases sentado en el suelo o sobre latas de pintura, el impacto de las decisiones de la Gobernadora Claudia Pavlovich, el manejo pulcro de recursos, la visión de largo alcance y políticas públicas claras y precisas, permitieron que Sonora sea ya referente de éxito en el país y lugar propicio con el que otros estados, e incluso otros países, desean intercambiar experiencias y estudiantes”.
Lo dijo el encargado de Despacho de la SEC, Víctor Guerrero González al señalar que Sonora es referente a nivel nacional en mejora educativa y estableció que eso se debe a que la gobernadora Claudia Pavlovich reconoció rezagos y estableció un plan concreto y realista para atender el tema educativo.
Gracias por su atención, hasta el jueves si Dios quiere. ¡¡Salud!!
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