El Juglar de la Red

 

Por Rafael Cano Franco

 

Tal parece que ante la incapacidad de las autoridades para resolver los problemas de la violencia y la inseguridad en las calles de las ciudades de Sonora, misma que se presenta en varias regiones de sus zonas rurales y en las comunidades serranas, pretenden construir la narrativa de que todos los sucesos de sangre son una exageración y mala información que publican los medios de comunicación.

Ya en Cajeme, el cabildo de ese Ayuntamiento, se atrevió a señalar que la desesperante e imparable violencia que se vive en Ciudad Obregón es producto de la información que aparece en los medios de comunicación.

También en Caborca tuvieron la desfachatez y el cinismo de culpar a los medios de comunicación y a los periodistas por exponer la situación y mostrar a la población el clima de inseguridad que priva en sus calles y las matanzas que se presentan, sin que las autoridades tengan los “tamaños” suficientes para enfrentar a las bandas de criminales.

Fue el secretario del Ayuntamiento, Jorge Luis Moreno Dávila, quien no tuvo empacho en culpar a los medios de comunicación por la ola de violencia en el municipio; este personaje, que quién sabe de dónde lo sacaron, tuvo la poca vergüenza de culpar a otros de lo que él y su jefe, el alcalde de ese municipio Abraham “El Cubano” Mier, no han podido resolver ni siquiera enfrentar.

Las expresiones de Moreno Dávila, creemos deben ser avaladas por el alcalde, Abraham “El Cubano” Mier, eso se entiende así porque en ningún momento el ayuntamiento de Caborca se deslindó de esas aseveraciones, de ahí que se toman como dichas de manera institucional y no a título personal.

Detrás de lo dicho por el Secretario del Ayuntamiento de Caborca lo que se aprecia es un intento para censurar medios de comunicación, piden sin pedirlo que reconsideren su prioridad que es informar y se “guarden” aquellas notas donde la violencia es el ingrediente noticioso.

Ellos quieren la censura, pero no como una tregua para empezar a dar resultados con la aplicación de labores de inteligencia o con acciones coordinadas junto a otros cuerpos de seguridad y, finalmente, con resultados en el combate a la violencia.

Lo que quieren es ya no sentirse exhibidos. Que nadie se entere que las autoridades –ahora sí que de los tres niveles de gobierno y todos salidos de un mismo partido—son incapaces de detener la circulación de las drogas en las calles de las ciudades que gobiernan; que no los expongan como los gobernantes ineptos que no pueden ni siquiera frenar las desapariciones de personas, que nadie sepa de la circulación de autos con personas armadas que recorren y patrullan la plaza a plena luz del día y frente a las unidades policíacas, sin que estas ni siquiera se atrevan a llamarles la atención.

Lo que quieren en Caborca es lo que muchos políticos que gobiernan también desearían: que los medios no publiquen los amasiatos existentes, donde se exhiben complicidades y la colusión entre unos con otros. No les conviene se sepa que la impunidad es producto de la corrupción imperante. Desean que los ciudadanos ignoren de la infiltración del crimen organizado en las estructuras de gobierno municipales y de las policías.

Por eso se lanzan contra los medios de comunicación y los periodistas, por eso les achacan una situación tan oprobiosa, la cual les correspondería a ellos como autoridades resolver, o al menos dar los primeros pasos para hacerlo, pero han sido omisos.

En los colegas periodistas de Caborca, como en muchas otras partes de Sonora, encuentro siempre a profesionales comprometidos con la búsqueda de la verdad, no de ahora, algunos casos con décadas de trayectoria; por eso es injusto se les achaque una responsabilidad que ni ellos no crearon, ni la alientan, ni les agrada, pero que deben informar.

Lo que Jorge Luis Moreno Dávila debería de hacer es convocar a los medios y a todos los sectores productivos de Caborca, para establecer rutas de trabajo, delinear estrategias que conlleven el fin de recuperar un poco de paz; establecer acciones y difundir programas de prevención y considerar que todo eso siempre será una noticia que tendrá cabida en los espacios informativos.

Quedarse en su postura de culpar a otros de lo que él no tiene capacidad ni habilidad para hacer, es solamente exhibir que su nombramiento como Secretario del Ayuntamiento fue un error del alcalde Abraham Mier, si eso es así lo mejor es que lo quite del cargo antes de que le haga más daño.

 

Adúlame que yo te adularé

Le puedo criticar muchas cosas al gobernador Alfonso Durazo, pero debo reconocerle que para eso de los “choros mareadores” es uno de los mejores. Con motivo del tercer aniversario de la llegada de la 4T al gobierno del país, Durazo Montaño se aventó uno de esos “choros” que por retóricos, demagógicos y grandilocuentes es una oda a la práctica política de la adulación de los años 70´s.

Lea usted lo que dijo el Gobernador de Sonora e interprételo:

“En el ámbito ético, destacan los principios que orientan a esta Cuarta Transformación de la vida pública de nuestro país: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo. Es a partir de estos tres fundamentos que se establece la principal preocupación y ocupación de este gobierno, que ha sido el carácter social, buscando la inclusión de los amplios sectores que fueron hechos a un lado durante los gobiernos neoliberales”.

No paró ahí: “Este proceso no se da tan fácilmente si no se cuenta con un gobierno que asuma sus responsabilidades sociales y con una economía de dimensión moral dirigida a la satisfacción de las necesidades básicas de la población y no solo al mero y frío incremento de los números y las estadísticas”.

Remató: “El gobierno del presidente López Obrador no comparte la obsesión tecnocrática por las cifras como objetivo máximo de la política. Porque considera que lo esencial es lo cualitativo y no lo cuantitativo, es decir, la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza”.

Un buen rollo, pero discordante con la realidad, porque más allá de las expresiones, lo que queda son los números fríos y en apenas tres años el número de pobres –afán de todos los esfuerzos del gobierno “cuatroteista” creció en seis millones y el “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo” es una frase que todos los días va perdiendo sentido ante los hechos que la desmienten.

Ahora, el gobernador Alfonso Durazo sabe y conoce que si algo le gusta al Presidente es la adulación y en ese punto, está convertido en uno de los mejores. Si eso deja cosas buenas para Sonora, se le debe reconocer.

 

Tip´s cortitos pa´no enfadar:

1.- Los días van pasando y los sucesos violentos en Guaymas, donde tres personas perdieron la vida, que afectaron la estabilidad social y política de ese puerto y de todo Sonora, siguen en la impunidad.

Las Mesa de Seguridad seguramente se sigue reuniendo todas las mañanas, seguramente se están llevando a cabo un sinfín de diligencias ministeriales y se agotan líneas de investigación; hay detenidos por muchas razones y causas; pero de los responsables del atentado no se tiene la menor noticia y ni siquiera se sabe de un avance sustancial en la investigación.

El gobernador Alfonso Durazo ofreció justicia para las víctimas y ante los sonorenses se comprometió a que ese crimen no quedaría en la impunidad, dijo que se encontrarían a los responsables y los llevarían ante las instancias legales. Dijo muchas cosas, pero no hay ninguna cumplida hasta el momento.

 

2.- Un viejo adagio latino cita “verba volant; scripta manent” (la palabra vuelva, lo escrito permanece), por eso es que decidimos recopilar en un libro una serie de consideraciones, observaciones y conocimientos adquiridos en más de 30 campañas políticas donde hemos participado; algunas terminaron con victorias, otras fueron derrotas, pero en todos los casos dejaron una experiencia.

El libro los hemos titulado “las 12 C´s de las campañas electorales” y no pretende ser un manual técnico, ni una receta general, es solamente la recopilación y la observación de aspectos que inciden en una campaña como:  el candidato, el cuerpo, el contexto social, la campaña, el/la cónyuge, la comunicación, el capital, los consejeros, los contrarios, el comando, la crisis y la conclusión de todo, que puede ser ganar o perder.

Es un libro con experiencias propias, con información de testigos que fungieron como fuentes primarias, con la inclusión de textos clásicos, con anexos de casos reales. No es una crítica a nadie, ni trata de menospreciar o renegar de alguien, es solamente lo que debería ser una campaña electoral de acuerdo a los expertos y a lo vivido en lo personal y no lo que a veces es.

 

Otros Juglares:

–“La pandemia no desembocó en una crisis de consumo, gracias a las remesas, como ya lo he reconocido, y a los apoyos de los programas de bienestar que llegan y se aplican de abajo hacia arriba, no como era antes: que primero era arriba porque decían que si llovía fuerte arriba goteaba abajo, como si la riqueza fuera permeable o contagiosa, ¡que se vayan al carajo con ese cuento!”.

Lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador al rendir su tercer informe de gobierno en la explanada del Zócalo de la Ciudad de México y donde señaló que la pandemia no fue un problema económico para México.

 

Gracias por su atención, hasta el viernes si Dios quiere. ¡¡Salud!!

 

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