Moscú. Malas noticias llegaron hoy a la capital rusa desde Lausana, la ciudad suiza donde el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), la máxima instancia para dirimir controversias legales en el deporte, declinó el recurso de apelación contra la decisión de dejar fuera de los Juegos Olímpicos de Río a todos los integrantes del equipo ruso de atletismo.
“El jurado de la TAS confirma la validez de la resolución que tomó la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) en el sentido de suspender a la federación nacional (rusa) y a sus atletas, que no podrán participar en ninguna competición organizada por la IAAF”, dio a conocer mediante un comunicado.
Presentado de manera conjunta por el Comité Olímpico de Rusia (COR) y 68 atletas considerados limpios, el desestimado recurso –en opinión prevaleciente aquí– hace pagar a justos por pecadores, ya que los 68 atletas que apelaron, según el titular del COR, Aleksandr Zhukov, llevan al menos medio año sometiéndose a pruebas en sistemas de control antidopaje de Gran Bretaña y de otros países, sin recibir ningún señalamiento de haber consumido sustancias prohibidas.
“El fallo del TAS es inconcebible, humilla a todo el deporte. La IAAF está sumida en la corrupción, no sé por qué no lo investiga la policía. Debería ocuparse aunque fuera el comité de ética del Comité Olímpico Internacional”, arremetió contra el veto el ministro del deporte ruso, Vitali Mutko, uno de los funcionarios del gobierno ruso a quien el COI negó la acreditación en Río por su presunta participación en el escándalo del dopaje masivo de deportistas rusos.
La exclusión de todos los atletas rusos causó profundo malestar en el Kremlin, cuyo vocero –en una primera reacción más comedida– enfatizó que “es poco probable que pueda ser aceptado” el principio de responsabilidad colectiva que establece el dictamen del TAS y que castiga a “atletas que nada tuvieron que ver con el dopaje”.
Para el deporte ruso es un duro golpe que el TAS haya ratificado hoy la drástica medida que tomó la IAAF tras concluir, a fines de 2015, que la federación rusa había incurrido en “connivencia con el dopaje”.
Al mismo tiempo, después de declararse no facultado para excluir a nadie, el Tribunal endosó al Comité Olímpico Internacional (COI) la última palabra para determinar qué atletas rusos y bajo qué estatus o bandera podrían participar en los Juegos de Río, lo cual deja abierto un pequeño resquicio para la participación de los deportistas que presentaron la apelación.
Pero las perspectivas no parecen muy favorables, toda vez que el COI ya había dicho que tomaría como referente el fallo del TAS y las conclusiones del llamado Informe McLaren, encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), que acusa a Rusia de “dopaje de Estado” en los Juegos Olímpicos de Sochi y recomienda severas sanciones contra el deporte ruso, más allá de los Juegos de Río.
Entre los deportistas más afectados por el veto figura la doble campeona olímpica de salto con pértiga Yelena Isinbayeva, quien difundió a través de las redes sociales su indignación: «Que todos esos deportistas extranjeros seudolimpios respiren aliviados y ganen sus seudomedallas de oro en nuestra ausencia. Siempre han tenido miedo del más fuerte”.
Isinbayeva –campeona en Atenas 2004 y Pekín 2008–, después de su bronce en Londres 2012, quería despedirse de las competiciones con una tercera medalla de oro. “Se esfumaron las esperanzas”, lamentó hoy la reina de la pértiga de 34 años de edad.
Hasta la fecha, el COI sólo autoriza la participación de dos atletas rusas: la saltadora de longitud Daria Klishina, residente en otro país, y la fondista Yulia Stepanova, quien denunció ante la WADA el sistema de dopaje en Rusia.
(La Jornada)