El Juglar de la Red

 

Por Rafael Cano Franco

 

No es condenable que en una campaña política se ofrezca el sol, la luna y las estrellas; que se exageren las virtudes y se aminoren los defectos; más allá de la cuestión moral o lo ético de exagerar con las acciones a realizar una vez que se gane el gobierno, lo que importa no es “qué” se ofrece, sino “como” y “cuando” se cumple.

Si bien marca el que un político tenga las soluciones mágicas para atender los grandes problemas; dependerá de la sociedad y su credulidad si aceptan la promesa y deciden comprarla emitiendo un voto a favor.

Quien ofrezca acabar con la inseguridad pública nada más llegue al poder, obviamente miente; cualquier político que habla de austeridad gubernamental no se conduce con verdad; quien prometa acciones faraónicas sin deuda pública y en plazos incumplibles esta afectado de exageración.

El problema no es mentir o exagerar en campaña. El problema es cuando llegan al gobierno y deben cumplir.

En Sonora, el gobierno actual, entró en las etapas de las exageraciones y los anuncios grandilocuentes que no terminan por ser meras llamaradas de petate.

Hablaron de medicinas surtidas al Isssteson y todo quedó en “paracetamol”. Nos dijeron de un plan estratégico para combatir a las bandas criminales y las acciones más vistosas se ciñen a acuerdos y pactos; anuncios de contrataciones a futuro, pero en lo inmediato estamos expuestos a ser víctimas al quedar en medio de un fuego cruzado.

Presumen ahorros millonarios, como los 150 millones de pesos en la SEC, pero estamos obligados a dar un “salto de fé” porque no existe ningún documento donde se establezca el rubro donde se registró ese ahorro, tampoco se exponen los métodos utilizados para generar esa cifra y menos hay datos concretos que avalen la aseveración.

Nos hablaron de un gobierno que haría cosas diferentes, pero las formas no las han cambiado.

Así se impuso a un Presidente del Supremo Tribunal de Justicia, aliado y amigo del gobernante. Ahora, el Poder Judicial es una extensión del Ejecutivo. En el legislativo pasó lo mismo, el Ejecutivo ordenó una reducción en su presupuesto y sus legisladores lo acataron sin chistar.

Más grave, el Presidente del Poder Legislativo, Jacobo Mendoza, ya no encuentra la forma de explicar que si no le liberan recursos para atender las demandas laborales que lo agobian, va a terminar perjudicado. Ni siquiera por ser un aliado le extienden la mano y lo sacan del atolladero.

Nos hablaron de rescatar al “Sonora profundo”, pero ahora resulta que el rescate pasa por desaparecer los municipios que lo integran; el remedio resultó peor que la enfermedad. Muchos alcaldes ya se alistan para viajar a Hermosillo y pedir les apoyen para pagar sus compromisos salariales, además de los aguinaldos. Pero no hay dinero, ni siquiera de ese que presumen se ahorró.

Dejaron de informar por la pandemia y sin mayor pudor nos pusieron en verde. SE aplicó así el viejo adagio de que lo ignorado no ha pasado.

Las carreteras que se ofrecieron técnicamente son viables, pero financieramente son impensables. Nadie les quiere entrar y menos bajo el riesgo de invertir sin garantías de recuperar el dinero que le metan.

Ante la carencia de elementos que presumir, recurrieron al viejo truco de anunciar inversiones de empresas, que ya habían sido inauguradas y estaban operando desde antes que llegaron, como el caso de la distribuidora de “Pepsico” en Cajeme.

Se han tardado la mitad de lo que llevan de gobierno atendiendo la problemática de la etnia yaqui, pero resulta que ellos tampoco les creyeron y por tanto volvieron a instalar el retén carretero a la altura del Danzante yaqui.

Ofrecieron mover la caseta de peaje a Esperanza, para que el dinero recaudado quede en la tribu yaqui, pero no pensaron en el cobro de peaje que se hace en el libramiento cuya entrada está unos metros antes de la caseta de Capufe. Mover la caseta implica el pago de una doble tributación para quienes deseen ingresar al libramiento.

El gobierno pareciera tener soluciones para todo, pero son grandes exageraciones que terminan por no tener sustento real.

 

Cajeme es violento, ¡pero no hay que decirlo!.

Un grupo de regidores del Cabildo de Cajeme, se ofenden cuando los medios de comunicación dan a conocer el enorme nivel de violencia que se vive en el municipio, pera ellos es oprobioso que los periodistas destinen espacios informativos para dar a conocer los hechos sangrientos que azotan ese municipio y su cabecera municipal, Ciudad Obregón, la segunda ciudad más violenta del país y una de las más violentas del mundo.

Alegan que la imagen de la Ciudad se ve afectada, que eso aleja inversiones y por tanto conminan a los medios de comunicación a ejercer una autocensura en la cobertura de esos hechos.

La indignación de los regidores del Cabildo de Cajeme no solamente exhibe su torpeza y lo poco que les importa la violencia.

Ellos están más ocupados en condenar a los medios que muestran la realidad cotidiana que en buscar estrategias para darle seguridad a los ciudadanos. En su miopía no alcanzan a entender que la violencia no la ejercen los periodistas ni los medios de comunicación, es un cáncer que los corroe socialmente, producto de la pasividad, la inacción y el temor de autoridades como ellos.

Son como el avestruz, que ante el peligro mejor esconde la cabeza para no saber lo que sucede a su alrededor.

Octubre terminó con 80 personas asesinadas de manera dolosa; una cifra que espanta a cualquiera, pero en lugar de estar preocupados por generar acciones que reduzcan esa contabilidad, mejor acusan a los medios de darle difusión, de no callarla ni esconderla.

Ellos creen que si se ocultan los cuerpos y la sangre que diariamente se derrama no llega a los medios, entonces todos vivirán en paz. ¡Patrañas!.

Aseguran que la violencia difundida en los medios aleja inversiones, genera una mala imagen, repele acciones de progreso social; esa visión es torpe y pobre, no es la violencia difundida en los medios la que ocasiona eso. Es simplemente la violencia que nadie contiene.

Los medios de comunicación y los periodistas están obligados a difundir los hechos que impactan a una sociedad, es su obligación ética, no se puede tapar el sol con un dedo y menos escondiendo debajo de un tapete la basura que se genera socialmente.

Si están preocupados por la violencia que vayan a buscarle por otro lado, que se comprometan a buscar recursos, que busquen soluciones viables, que hagan alianzas con otros niveles de gobierno, pero que no salgan con la retorcida idea de que son los medios responsables de la mala imagen de su municipio.

 

Otros Juglares:

–“Sin temor a equivocarnos, podemos afirman que la mayoría (de los medios de comunicación en Cajeme) difunde información sobre asuntos de interés social, en particular las relaciones de diferentes instancias de gobierno con grupos de la comunidad.

“Si bien es cierto hay medios especializados en la información sobre crímenes y hechos delictivos, no son estos, sino la impunidad y la ineficacia de las estrategias públicas que pretenden contener el avance de la delincuencia”

Posicionamiento emitido por la Asociación de Periodistas del Valle del Yaqui en torno a la postura de regidores del Cabildo del Ayuntamiento de Cajeme quienes señalaron a los medios de comunicación como instrumento a favor de generar narcoterrorismo.

 

Gracias por su atención, hasta el viernes si Dios quiere. ¡Salud!!

 

Nos puede seguir en Twitter en @CanoFrancoR También puede conocer nuestra opinión periodística en Facebook en Rafael Cano Franco “El Juglar de la Red”; usted es nuestro invitado especial en el podcast “Gajes del Oficio” que hacemos en colaboración con la periodista Cristina Gómez Lima.

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