El Juglar de la Red

Por Rafael Cano Franco

La secretaría de Turismo informó que para este periodo de vacaciones de Semana Santa esperan una afluencia de un millón 600 mil visitantes a los destinos turísticos de Sonora y eso representará una derrama de mil millones de pesos, es decir un gasto individual que apenas llega a los 625 pesos de gasto por cada turista.
Actualmente en Sonora, según lo dijo el gobernador Alfonso Durazo, el turismo representa el 7 por ciento del Producto Interno Bruto del estado, pero su proyección es crecer hasta alcanzar un 21 por ciento, una meta que se ve muy difícil conseguir si consideramos que los pronósticos para este año apenas se igualan a los que teníamos el 2019, un año antes de que se declarara la pandemia de covid-19.
El año 2019, previo a la pandemia, las vacaciones de Semana Santa reportaron un millón 500 mil visitantes en los principales destinos turísticos, siendo estos la Ruta del Río Sonora y los pueblos mágicos, según informó la Cofetur.
Ese año la derrama económica llegó a los mil millones de pesos. El 63 por ciento de los paseantes visitó las playas de Sonora, un 29 por ciento los pueblos y particularmente los del Río Sonora y un 8 por ciento se trasladó a las ciudades de Sonora.
Según informaban las autoridades, esa afluencia turística y la derrama económica confirmaban un excelente periodo vacacional.
Luego de la pandemia, los datos del 2022 indican que la afluencia turística cayó en un 40 por ciento con respecto a lo esperado y la derrama económica fue de apenas 400 millones de pesos en los destinos de playa; la violencia en algunas zonas de Sonora fueron el factor que alejaron a los turistas.
Para este 2023 las estimaciones que hace llegar la Secretaría de Turismo nos ubican en los números que se manejaban hace cuatro años, eso más que un avance significa que el turismo enfrenta una crisis y no logra superar estadísticas del 2019.
Las cifras que maneja la Secretaría de Turismo no son positivas, a pesar de que son mejores que las del año pasado. No lo son precisamente porque apenas nos estamos ubicando en cifras que ya se lograron.
Pero lo que más destaca es la cantidad de gasto que se prevé por turista: hace cuatro años el gasto por persona era de 667 pesos, para este 2023 apenas se ubica en 625, eso implica que la economía todavía no termina por recuperarse del todo y que el tipo de turismo que llegará a los destinos a visitar es eminentemente local y su gasto está limitado.
Todo lo anterior indica que para pasar de un 7 por ciento del turismo en el PIB de Sonora a un 21 por ciento, es necesario que la promoción se fortalezca, que la infraestructura hotelera crezca, que el turismo a recibir no solamente sea local y que su poder adquisitivo también considere el adquirir lo básico, también que tenga una gran oferta de productos regionales y con ello aumentar su gasto personal hasta los mil 500 pesos por personas, como una fórmula para alcanzar ese crecimiento que se proyecta por parte del gobernador Alfonso Durazo.
Lo que ahora anuncia el gobierno de Sonora no es más que un paliativo a un sector turístico que ha padecido desde el 2020 y que tiene en la Semana Santa la época más alta para recibir visitantes.
Pero lo más importante es conocer el impacto que tendrá la violencia que se vive en varias regiones de Sonora en la afluencia de visitantes. Si bien las autoridades municipales insisten en promover los lugares turísticos de sus municipios y el gobierno de Sonora implementó un gran operativo de seguridad, es evidente que la desconfianza y la inseguridad pública pueden jugar un papel en contra para que ciertos lugares sean considerados de alto riesgo por los paseantes y los eviten.

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